Aunque hoy sea otro día de desconocido rumbo...
Tuve ayer el trazo mudo de la luna llena, abrazo eterno en el paseo cierto de la evidencia. Y la brisa del mar indagaba mi mundo, pequeño y frágil; inmenso y puro. En brazos de la ternura, comisura de mí misma; fuente de la cual beber y ser a la vez bebida.
Me lancé al abisbo leve de las caricias del aire, navegando entre oleaje, tan inminente y salvaje; de intensidad desmedida, deseada travesía desde el puerto, sin anclaje... A tu añorada bahía.
4 comentarios:
Lame la espuma mis pies,
los envuelve de levedad,
en esta bahía abierta
a que derrames tu poesía.
Pongamos rumbo cierto,
la yola ríe entre las olas
y tu voz descansa
sobre mis silencios.
Un beso de vida.
Pedro luis Ibáñez Lérida.
Andan mis letras danzantes de alegría cada vez que las tuyas vienen a su encuentro...
Gracias. Besos.
Agua eterna de desolación. Agua eterna de vida. Arrullo perfecto y maravilloso.
ufff, mucha tela
Así es. Maravilloso arrulo del ser por el ser. El motivo por el cual perderse mar adentro, si hiciera falta.
Gracias, Antonio.
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