jueves, 20 de diciembre de 2007

Espíritu Navideño... (allá donde estés)

Recuerdo que, en aquellos primeros años, siempre te dejabas por poner en el árbol navideño la estrella. La guardabas para mí, para que yo la colocara; porque si llegaba y estaba ya puesta, me las apañaba para quitarla y volverla a poner a mi aire. "La Navidad es odiosa, pero es por los chicos. Por conservarles la ilusión". Y así abrías de nuevo las puertas de tu casa para toda la familia, un año más.
En aquellas épocas hacía tanto frío como ahora (aunque entonces lo del cambio climático y sus desastrosos desvaríos no estaban tan a la orden del día). Entonces me resultaba muy divertido preparar la leña para la chimenea y llenar la casa de ramas secas, pues yo siempre iba a por los troncos más grandes y tenía que arrastrarlos desde el patío hasta el interior de aquella pequeña sala de estar abierta. Recuerdo con añoranza aquellas dos viejas alacenas de antigua madera trabajada que poseía aquel habitáculo y que arropaban nuestras meriendas de invierno. Me encantaba ver como organizabas aquel fuego vigoroso con tus propias manos sin quemarte. Era verdaderamente hipnotizante, y aún hoy, ciertamente inexplicable.
Fueron tiempos de feliz infancia, amparada en un seno familiar lleno de cariño. Afortunadamente, muchos años más tarde, aquella misma chimenea seguía alumbrando charlas de atardeceres sosegados con su luz y su calor natural. Mientras todos percibíamos que tu energía se desvanecía poco a poco, intentábamos empaparnos de tu forma desenfadada de ver la vida a tus años; siempre tan característicamente irónica y dulcemente crítica con casi todo.
Aún así, yo como tú, soy antinavideña. Pero supongo que ando buscando el testigo que dejaste un poco cogaldo en tu puerta. Sí, ese don de entusiasmo que posea la hermosa responsabilidad de empaparnos de ilusión y sentido familiar a los que vamos quedando. Que al menos, haya un motivo para reunirnos, compartir charlas, comida, buen vino, música, risas... y podamos mirarnos a los ojos; olvidar lo malo recordando lo bueno y sembrar el futuro inmediato de cercanía, sinceridad y amor.

jueves, 6 de diciembre de 2007

destellos de miel

foto: E.G.

Es el puñal de tus pupilas el que más me duele. El que se clava directamente en mi alma y me dice sin palabras lo que en ella se oculta, lo que en ella se trama. El que muestra mis dolencias, por si aún no dolían lo suficiente. Y así me arropa, con su filo espectral, que también da tristeza cuando se propone reflejar lo que aparento realmente. Pero mejor labrar mi fría imagen en tus retinas, que postrarme ante la indiferencia que osa ignorar mi yo real. Pues así al menos tendré la certeza de verme cuando te mire otra vez, de saber quien soy si tú me lo enseñas en tus destellos de miel.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Remolinos

foto: E.G.

Remolinos. Locura de sentimientos, de miedos, de sueños, de sensaciones, de pasiones. Unidos, juntos, retorcidos, pegados, confundiéndose... y convirtiéndose en algo indescriptible. Formando una materia extraña. De masa y volumen notable, que ocupa sitio y se apodera del tiempo. Y en su esencia... siempre templada y serena. Una estancia fría, quieta, misteriosa. Como el vacío del epicentro del tornado, cuando este alcanza su plenitud destructora.

lunes, 5 de noviembre de 2007

cambio climático


Otro día. Sí, debe ser el cambio climático. Surte el efecto así como... poco discreto. Es claro y concreto y últimamente no se anda con rodeos. Los quejidos de nuestra hermosa Madre Tierra son evidentes y fáciles de interpretar. Como poco es alarmante y... triste, muy triste. Mientras, nosotros vamos haciendo poco caso a las señales de la desesperación planetaria.

Creo que yo ya llevo años notando ese cambio en mi cuerpo, en mi salud. Y es que somos como pequeños mundos, notamos todos los cambios de nuestro entorno también a escala personal. Precisamente, hoy de nuevo, noto yo mis polos algo raros. No sé si se derriten, pero andan con la polaridad claramente descontrolada. Como si mi brújula interna no supiera muy bien donde marcar el norte y mi magnetismo variara su trayectoria constantemente, sin previo aviso.

http://www.cambio-climatico.com/

Hacia ti

foto: E.G.

Hacia ti. Voy. Y cada paso de ida es como pisar sobre quebradiza lava caliente.
Hacia ti. Sigo. Persistente en mi intención de encontrarme en ti, más allá de mí.
Hacia ti. Insisto. Respondiendo a la llamada natural que me quema por dentro.
Hacia ti. Me despido. Cuando pretendo irme y me quedo, observando mi suerte.
Hacia ti. También cuando marcho. Porque soy sin ser, porque estás sin estar.
Hacia ti. Mañana otra vez. Te buscaré y me encontrarás… en el afán de perderme.

martes, 30 de octubre de 2007

el pacto de la espera

Tal vez sea el pacto más cercano y el más desconocido, ese que te puede traer cosas inesperadas: paradójicamente es "el pacto de la espera". Sí, ese que más a mano nos queda; pues sólo pactamos con la conciencia, firmándolo con desengaño y sosiego. Tal vez como coraza nos lo plantamos, escudándonos con su misterio. ¡Menudo momento! Ese en el que te planteas esperar, cuando actuar parece incoherente, cuando rindes reverencia a la indeferencia, después de tanta palabra apasionada y tanta concienzuda conversación; porque se te han agotado los recursos de súplica y la paciencia de la insistencia se vuelve tan impaciente que... cesa en el intento de continuar con su cometido.
Cumples el pacto, día tras día; noche tras noche. Y la espera desespera, aunque muda, callada, escuálida. Discreta y confiada, da la bienvenida a los acontecimientos y estos toman lugar, fecha y hora. Se acomodan y te abren las ventanas de la percepción, que dormida intenta despertar a tiempo para zanjar pactos y otros contratos que siguen creyendo en su inocente vigor.

domingo, 28 de octubre de 2007

mañana de sol lluviosa

Un tímido sol, pero sol al fin y al cabo. No llueve fuera, pero parece que llueva aquí dentro. No es tormenta, sólo agua y silencio.

viernes, 26 de octubre de 2007

curioso

Qué curioso: escribir para esconderme y cantar para callarme. Queriendo desaparecer acabo mostrando más de mí de lo que yo misma conozco. Y con la palabra me doy y me voy para entregarme, desvalida, vulnerable... sin un trozo. Víctima de quién sepa indagarme, empuñando el arma de la atención con la que se anudan los cabos sueltos de la cuerda floja de mi estandarte.

martes, 23 de octubre de 2007

una de las crueles imágenes del día

No sé cuánto tiempo tardaré en olvidar ese vídeo: un tío joven, aparentemente cuerdo y sobrio, golpeando brutalmente a una indefensa chica de quince años en un vagón de metro. Nunca hay motivos para la violencia. No hay nada que la justifique, nunca. Pero el individuo, por lo visto, tenía motivos xenófobos y racistas. Triste el amedrentamiento del resto de los viajeros del tren que "no vieron" o evitaron ver el ataque que se estaba produciendo a unos pocos metros. Con el miedo en el cuerpo, a lo mejor tiene justificación esa indiferencia forzada.
Me imagino que tipo de escoria se esconde cerca de nuestros hogares, camina por las calles y sale de caza cuando le place; pero no me imagino unas leyes que no protejan al ciudadano indefenso, ni castiguen al verdugo.

lunes, 15 de octubre de 2007

Miradas

foto: E.G.

Miradas para hablar, para callar según qué. Para perder o ganar, para vivir, para ser. Miradas para buscar, para aprender. Para dar a entender y alimentar lo que anhelamos tener. Miradas para mostrar y conversar sin temer, cautivar, retener… Para darnos sin querer. Para amar más allá de lo que podemos ver. Miradas para aliviar, reconfortar… Para no olvidar. Para cuidar un querer, una caricia de luz que ofrecer. Miradas para ver, para creer… para mirar otra vez.

domingo, 14 de octubre de 2007

temo

Temo a la tristeza, a la soledad. A las tardes sin música. A las noches que callan poemas. Al olvido, a la indiferencia. Al día a día, cuando se avecina desafiante. Al futuro incierto, siempre. A la sumisión complaciente. A la desesperación discreta, que apacigua primero y luego desata tempestades. A la verdad hiriente, a la oportuna mentira... A la objetividad, cuando se encuentra perdida.
Temo a la palabra mal dicha y a la expresión mal hallada. Al encontronazo del ayer y el hoy revueltos, luchando por ser un poco más fuertes arrastrando parte de mí. A la incomprensión, al odio. Al amor castigado, pues siempre es inocente. A la dependencia, si siento su peso. A la libertad también, aunque libre me sienta.
Temo a la equivocación y al acierto. Al dolor buscado y al que llega sin saberlo. A la paz intranquila del no saber que me espera. A la guerra de mis sentimientos, porque la perderé en cualquier caso. Temo temer al miedo, a mí misma, a mis sueños, a mis seres amados. Temo no estar a la altura de lo que me ande esperando.

lunes, 8 de octubre de 2007

un lunes

Hoy es un lunes normal. Todo comienza más o menos como debe, sin contar con mi ligera afonía; residuo de un molesto resfriado. El tiempo parece que corra lento, pero no es así; es otra ilusión de mi soledad ocasional. Así que nada, no me extenderé demasiado, que esta poetisa también tiene más cosas cotidianas que hacer a su alrededor que escribir versos y textos de prosa desvariada.

En la televisión se habla de conspiraciones extrañas, como si de una película se tratara. De desapariciones, sin solución aparente. De asesinatos. De marginalidad. De inmigración. De maltrato. De organizaciones terroristas. De las tropas en Afganistan. ¡Ah! y de las injurias a la corona y... del himno nacional, como si no hubiera cosas más importantes que discutir y solucionar.

A veces este mundo parece sometido a un sinsentido continuo y cuento con que no me queda otra opción que hacer del mío propio; algo habitable, creativo, con cierta lógica. No siempre es fácil. En ocasiones tengo la sensación de que mi ritmo es completamente diferente al del mundo que me rodea.

sábado, 6 de octubre de 2007

Educación para la ciudadanía

¡Qué más quisiera yo! Que cuando fui adolescente me hubieran impartido esa asignatura por la que tanta polémica se ha montado ahora. Sinceramente, no debe ser tan distinta a la que entonces era la asignatura de "ética". Y es que, simplemente se ha cambiado la nomenclatura para denominarla, actualizando también sus contenidos, claro está.
Siempre por intereses manipuladores de medios, contraataques políticos y demás... En cuanto sale alguna ley, norma, medida o adaptación transgresora, liberal, progresista o modernista, siempre se acaba discutiendo por tonterías. Uff, con la de problemas reales que hay. Es alucinante.
El clero bendito. Siempre ellos y sus secuaces acaban dando la vuelta a todo lo legalmente establecido. Es normal, han estado manipulando la moral y la forma de actuar de la gente hasta hace bien poco, así que ahora cada poco les entra morriña y patalean moviendo los hilos políticos e institucionales que tienen a su alcance. A estos señores se les olvida que se está hablando de valores cívicos mínimos de convivencia. De educar a los jóvenes en una moral social básica, conociendo la diversidad, el respeto y las normas sociales en base a la constitución, a la libertad y a los derechos humanos.

reptil cavernario

foto: E.G.

Hielo sin tu nombre. Frío si te escondes. Reptil cavernario. Vieja iguana solitaria entre incoloros fragmentos de estalactitas quebradas. Helada, sin habla. Muda, callada. Triste, escamosa y siempre arrastrada… Voraz mordedora de polvo subterráneo, que entre rocas y tiempo quieto que se congela en los dedos, olvida olvidar seguir creyendo que está olvidada.

viernes, 5 de octubre de 2007

insignificantes

foto: E.G.

Qué insignificantes somos bajo el cosmos infinito. Nuestros nombres se vuelven tenues y nuestros rostros borrosos ante tanta inmensidad. Nos enorgullecemos de ser pequeñas máquinas biológicas, resultado de un azar no del todo indagado. Imperfectos seres inmersos en una especie de estado vacacional, de pasada por este paraíso incomprensible de espacio tiempo.

Rodeados de puertas dimensionales tras agujeros de gusano; estamos a merced de asteroides, supernovas, cometas y demás cuerpos astrales. Pero preferimos estar pendientes de los estímulos eléctricos que nuestro cerebro nos proporciona para amar, odiar, luchar, apaciguar, crear, destruir, civilizar… pero para preferiblemente sentir sin más.

¡Cuántos mundos ahí afuera! Y cada cual en el suyo propio; tan hermoso, complicado… y a menudo tan inexplorable, como el que nos alberga.

jueves, 4 de octubre de 2007

tragos color whisky

Estoy un poco entre brumas, como el tiempo de hoy. Me siento oscura, nublada. Poco sugerente y con pocas ganas de interesarme por nada. Con las ideas como pasas y mis sueños a medio camino entre la ida y la vuelta. Mi guitarra... demasiado callada y mis manos más quietas de lo que debieran. Así que me encuentro ahogando mis penas en aburridos tragos de manzanilla con miel, para alimentar bien el posible resfriado que se me avecina.

No obstante, me gustan los días lluviosos. Tienen algo que se parece a mí, por eso mismo deberé intentar que no sea demasiado esfuerzo llevarme bien con esta tarde gris que tengo por delante. Tal vez extraiga algunas notas de esas seis cuerdas que hoy amanecieron mudas y escupa a la vez algunas letras… casi mecánicas, que broten del subconsciente y que digan lo que mi consciente esconde. O me deje de historias y me ponga a escuchar el silencio y encuentre algo por lo que dar rienda suelta a la imaginación, que en ciertas ocasiones, parece como dormida, o sencillamente inexistente. Igual ella también merezca un descanso... de vez en cuando.

miércoles, 3 de octubre de 2007

soledad

A veces la soledad es un estado mental. Un reloj parado en nuestra cabeza. Un vacío momentáneo, que si se alarga… nos aletarga. Que nos pringa de tristeza motivada por el absurdo, ese algo en blanco y negro que nos mancha. Nos vuelve gesto callado y le damos miradas sin habla. Nos convierte en visionarios de un futuro gris, y a menudo sin motivo, desdibujado.
… A veces la soledad nos aborda aún estando acompañados.

martes, 2 de octubre de 2007

isla imaginaria

Una mancha en nuestra mente, flujo de ideas calladas. Una huída momentánea; fugaz ida, vuelta parada. Un salto al todo, a la nada. Un instante de añoranza, donde volver a la infancia. Una travesía rara, para llegar a encontrarla. Un poema sin rima, ni versos, ni métrica marcada… de prosa minimizada. Música muda en palabras, una canción inventada. Pensamiento que me abraza, una tontería amada. Mis sueños, los tuyos… revueltos de madrugada. El cielo, el mar, la tierra, el agua… que se juntan en mi almohada.

lunes, 1 de octubre de 2007

De vidrio

foto: E.G.

De vidrio. No sé si es que son así mis células o es que me vuelvo quebradiza con tus ecos.
De vidrio. Transparente, pero de alma translúcida.
De vidrio. Incendiaria a veces. Lupa opaca.
De vidrio. Sólida, pero fundible.
De vidrio. Con escarcha.
De vidrio. Estatua.

mañana

A veces nos sentimos como una mierda (suponiendo que estas sienten algo). Entonces es mejor no pensar y esperar a que amanezca. O al menos, luchar por ver el nuevo día como una suerte, que en realidad es lo que es y lo demás... que venga después.

domingo, 30 de septiembre de 2007

me deshago

A veces me deshago en preguntas. En ocasiones aparecen casi sin importancia, pero ahí están… rondándome. Dicen que preguntarte mil cosas es al fin y al cabo estar viva. Ese afán de curiosidad diario, horario… que te asedia sin tú quererlo. Acabo cuestionándome una y otra vez si estoy en lo cierto o no. Pero a veces ese constante divagar me paraliza, me otorga el sentido inverso. Y mi mente calla, como inerte. Alguna especie de endorfina la enmudece y la calma. Recursos espontáneos que nuestro mecanismo natural incomprensible nos ofrece para salir del paso y seguir adelante.

insensata

A veces creo que puedo tocarlo todo. Maldita poetisa ensimismada... Menudas formas insensatas que te rondan. ¡Vete a saber dónde te llevaran tus sueños!

sábado, 29 de septiembre de 2007

"parajodas" de un mundo raro

Guerras por la paz - Muerte de inocentes
Jueces corruptos - Asesinos impunes
Leyes quietas - Democracia perdida
Políticos sin ética - Política apocalíptica
Abogados del diablo - Diablos a salvo
Militares franquistas - Franquistas militando
Homofobia vigente - Cerebros podridos
Publicidad excesiva - Mentes en blanco
Propaganda escondida - Delito subliminal
Ecología moderada - Contaminación agresiva
Animales maltratados - Humanos crueles
Familias sin hogar - Hogares vacíos
Niños sin infancia - Adultos enfermos
Mujeres vejadas - Hombres frustrados
Penas con muerte - Inocentes muertos

viernes, 28 de septiembre de 2007

cosas del querer... o no querer

Querer o no querer: a veces esa parece la única cuestión, aunque nos empeñemos en negarlo. El género humano somos tan jodidamente complejo… que para nosotros todo es relativo. Tal vez nos escondamos de lo sencillo, y acudamos a la respuesta complicada de la teoría de la relatividad; que segura estoy que nadie sabe a ciencia cierta qué significa y cómo se debe aplicar a lo cotidiano. Bueno, igual la cuestión en sí se salga de eso, de lo monótonamente cotidiano y… ya no sepamos muy bien de qué, de quién estamos hablando y la acabemos liando pero bien.

Sería honrado reconocer que… Puede ser que todo se base más bien en el egoísmo y la inmadurez reincidente que algunos seres imperfectos vamos paseando por ahí. Siempre acabamos salpicando a los demás; a menudo a la gente que más queremos. Claro, nos excusamos así. Suena asqueroso e hipócrita: excusarse. Sin darnos cuenta, un guiño aquí y otro allá, nos ganamos la compasión de nuestras víctimas y acaban ellos mismos siendo cómplices de nuestros vanos logros.

Ya. Es increíble ver como todo se mueve, lento o rápido. Como somos a veces incapaces de pillar el ritmo justo a los cambios, sean cuales sean. Queramos o no es lo que ocurre, todo se mueve, todo va y viene. Y a veces nos gustaría quedarnos parados y que la corriente nos llevara, para eludir responsabilidades y lumbalgias incesarias.

jueves, 27 de septiembre de 2007

mis vertidos invertidos

Creo sinceramente que todos necesitamos un vertedero de anécdotas cotidianas. Un lugar donde dejar los sinsabores del día a día. Un rincón físico o hipotético donde poder estallar tipo big bang y dejar nuestra mierda. Donde ponga claramente: "el contenido de este apartado podría herir su sensibilidad". Un apartado aparte, vamos. Un sitio para hacer ciertas necesidades verbalmente necias, algo locas... pero con clase y cierta poesía, eso también.
Espero no dejar mucho desperdicio inútil por aquí, que al menos me sirvan para aprender algo. No estaría mal.

¿Perderme? ...Tal vez

Puentedey (Burgos) - foto: E.G.


Tal vez… me pierda voluntariamente en la naturaleza y me enrede entre verdosa vegetación de frondosos bosques que lleven hacia el norte, allá donde El Camino se adivina y sus señales empiezan a ser visibles más allá del indicio humano.

A medio andar entre Las Merindades y Liébana, donde todo cobra un encanto especial, de aromas frescos y sanos. Lugar de valles y montes; de ríos, lagos y hondos cañones, donde antaño, a borbotones esculpía el agua surcos de tierra y bravas peñas. Allí donde los pozos son azules y las nubes llueven agua limpia cada poco sobre montañas hambrientas de vida. Donde la música es simplemente el viento que sopla en el oído del que sabe escuchar y callar a tiempo.

Tal vez... camine entre rocas que han visto pasar los siglos de forma impetuosa abriendo sendas, contándonos historias dormidas. Poderosas puertas del milenario inframundo cavernario, que atesora riachuelos de subterránea belleza y paredes de suculentas formas en inhibido y lento estado de gestación. Hermoso mundo el que subsiste bajo señoriales árboles, los cuales también dan cobijo a las entidades invisibles que custodian el orden natural de la Madre Tierra.

Entre paso y paso, tal vez… repose el cansancio en plena ruta románica, a los pies de algún templo repleto de signos ocultos en su piedra labrada a conciencia por antepasados que perpetuaron su vida de magia y búsqueda. Ojala beba el buen vino de una de esas posadas viejas y campechanas, que ofrezca buen queso curado a sus caminantes y algún rincón tranquilo al amparo de un fuego cálido y reconfortante donde poder seguir vislumbrando la huída requerida.

Proseguiré hacia el oeste, dejando atrás las agrestes colinas donde todavía trotan los asturcones en libertad. Tal vez llegue tan lejos como para poder hallar descanso en Santiago: lugar de peregrinos, santos y paganos. Cúspide de antagónicas culturas ancestrales que de leyendas compartidas fueron custodias. De hombres y mujeres comunes, que llenos de esperanza partían hacia tierras de júbilo espiritual.

Reposada y tranquila, tomaré e intentaré interpretar las enseñanzas simbólicas de "El Pórtico" y marcharé con cierto apremio, pues dicen que, realmente El Camino, no acaba hasta Fisterra: O fin do mundo, o fin da terra.

(Aún así, el verdadero camino está dentro de nosotros mismos. Tal vez, los caminos físicos, a menudo sean guías iniciáticas para buscar ese camino espiritual que todos anhelamos. Afortunado aquel que lo encuentre y sepa seguirlo con paciencia, sosiego, humildad, amor y sabiduría).

domingo, 16 de septiembre de 2007

Belleza rara, de flores raras

fotos: E.G.
Yo también busco de vez en cuando flores extrañas en lugares indómitos. Tal vez quiera conocer el misterio que las mantiene vivas sin ni siquiera alimento, lejos de casi todo lo establecido. De extraordinaria belleza, poco común. Puedes lanzar una leve mirada al infinito y verlas brillar, tranquilas, moviéndose con el viento agitado de una tarde de otoño.

Flores para no arrancar, no aptas para adornar lugares de inertes formas creados por la mano humana. Su lugar está donde la naturaleza dictamine, que con sus leyes sabiamente azarosas, nos va regalando bodegones de hermosa vida silvestre inamovible.

Sencillamente puedes admirarlas en su hábitat, olerlas, rozarlas, fotografiarlas con o sin objetivo y finalmente perderlas de vista tras tus pasos. No son propiedad de nadie. Son del sol cegador… que apunto está de abrasarlas, del aire… a veces poco oxigenado, de la brisa del mar embravecido, del cielo ventoso, de la tierra árida y seca, de las rocas austeras y erosionadas que… seguirán abrazando a sus generaciones venideras entre sus recovecos húmedos y cavernosos.

martes, 10 de julio de 2007

Buscando mi ausencia

Tengo a veces la sensación abrumadora de que sobro en instantes meramente indeterminados. De que mi tiempo perdura demasiado en el de los demás. No es mi culpa buscar mi ausencia en el silencio de mis palabras, que casi siempre suenan rimbombantes; campanilleando en los oídos de cualquiera. ¿Sería posible no darme cuenta de su ocasional renosancia afilada y desmedida? No quisiera perturbar sanos oyentes con mis frecuencias repetitivas y exaltadas.

En ocasiones siento nostalgia de mi paz muda, serena y callada. Y encuentro, en el ausentarme de mí misma, el refugio necesario.

miércoles, 6 de junio de 2007

S.I.G.L.A.S

foto: E.G.

Te aseguro que me siento frágil, como una gota de lluvia antes de estrellarse contra el suelo en plena tormenta. Etérea, viajera vagabunda; igual que un cuerpo astral primerizo, que recién despojado de su envoltorio corpóreo... vaga y se desconoce.

Perdida y pasajera; como una pequeña partícula de arena entre la agitada ventista desértica, vuelo de duna en duna cada noche. Inocente inconstante; pero cómplice al fin y al cabo de mi vulnerabilidad forzada entre agresivas ráfagas escultoras de tiempos y espacios. Entremezclo así mi cuerpo en multitudes, hasta que el torbellino giratorio me atrape de nuevo para llevarme donde su azar dictamine. Nada, nadie impide de nuevo mi viaje. Sólo la luz venidera de una mañana en calma, apacible y serena me hará recobrar la consciencia. Obro en consecuencia, y recojo los enseres de mi conciencia; ante la perseverancia acechante de otro viento loco de medianoche que... ya llega.

Quizá un aguacero repentino y fortuito me moje, me hiele, me apelmace y me convierta en rosa desértica. Un joven y temporal afluente podría también desplazarme hasta un lejano oasis, de aguas cristalinas y verdes palmeras; para reforzar sus raíces con mis minúsculas formas y mis desorientadas maneras. Exagerado sería ya evaporarme y pilotar una nube sin rumbo; para volver a ser llovida, con mi fragilidad inicial y sin mi espejo corpóreo. Rara, extraña y despojada de mi yo quieto... miraré hacia adelante. Es posible todo en este umbral evolutivo y reiteradamente metamorfósico. Reviviré pues en cualquiera de mis formas, como las siglas del tiempo, que con sus puntos minúsculos y sus mayúsculas letras escribirán de nuevo la historia venidera, incluso antes de ser dictada por los exaltados trazos de los acontecimientos.

martes, 15 de mayo de 2007

Prejuicios

foto: E.G.

Odio los prejuicios, y más cuando estos acaban siendo símbolo de entorpecedora perpetuidad en nuestras vidas. Son como piedras de cantos rodados que nos llenan de peso los bolsillos de la conciencia. Al fin y al cabo, debiera ser tan sólo cuestión de tiempo y experiencia ir desprendiéndonos de ellos de forma más o menos decisiva; por nuestro bien y el de la convivencia con nuestros semejantes, con nuestro día a día en una sociedad, que entre todos, nos va tocando hacerla más libre; más abierta, más sencilla, más compresiva, más sonriente, más consecuente, más fructífera, menos complicada y más equilibrada.

Algunos vamos ignorándolos casi inconscientemente, dejándolos caer por el camino, así de forma deliberada, indolora. Ni siquiera oficiamos una despedida. Y es que, sincera y llanamente, deseamos beber con apremio de las sabias enseñanzas que proceden su marcha, agradeciendo así su partida para mayor comprensión de nosotros mismos y nuestro alrededor.

También pueden volverse como diminutos fragmentos de arenisca, que acaban disolviéndose muy poco a poco en el transcurso de nuestro viaje y estancia, nuestros amores y desamores, nuestras amistades ganadas y perdidas, nuestros miedos, nuestros valores… y previsiones futuras. Y tal vez nos toque incluso esperar a que el poso de nuestra estabilidad se asiente y asimile nuestro nuevo estado de evolutiva consciencia.

Hay casos en los que es brusco el desengaño, de entre nuestros equivocados pensamientos erróneamente sólidos y nuestro floreciente espíritu de aceptación y crecimiento personal. Es entonces cuando los tiramos al mar; con gran decisión, convencida y concienzudamente felices; liberando sensaciones, emociones, sentimientos y pensamientos antaño atados a nuestros temores educacionales conservadores, a nuestra idea de seguir la corriente que nos marcan las modas; nuestro entorno, los medios acaparadores que nos contaminan y demás influencias poco convenientes.

Por supuesto, es un gran error arrojarlos en tejado ajeno para deshacernos de ellos; pero lamentablemente, sigo percibiendo esta práctica demasiado habitual y cercana. Y es que tal vez no sea ya cuestión de querer abandonarlos, sino de cómo hacerlo. Aunque en caso contrario, y ante la contrariedad necia e impetuosa de quererlos conservar, seamos capaces de reconocer y combatir con humildad los perjuicios que pueden propinarnos nuestros propios prejuicios y prejuiciados.

Yo no me he percatado si tengo el tejado demasiado lleno. Pero... ¿quién no ha escuchado repicar sobre su azotea algún leve chasquido sospechoso? Seguramente, antes de subir a echar un vistazo... vacíe mis bolsillos tranquilamente y me siente a sopesar lo que encuentre. Estoy segura de que acabaré aprendiendo algo de mí misma antes de que los demás me insinúen algo equivocado y viceversa.

miércoles, 18 de abril de 2007

Cuando éramos felices

Éramos felices juntos, dando patadas a un bote de refresco (o a cualquier cosa) hasta el colegio; para después terminar la mañana contando incluso los segundos que quedaban para que sonara el timbre y salir disparados. ¡Hasta la hora de comer nos daba para hacer alguna de nuestras fechorías! En tres horas volvíamos a las clases de la tarde; casi todas las recuerdo soleadas y cálidas. Pero a mí... A mí me gustaban las tardes de tormenta, era precioso ver caer las gotas de lluvia sobre aquellos cristales de ventanales tan enormes. Al salir de clase… lo mejor del día: juntarnos de nuevo para organizar la pandilla, gestar nuestros juegos peligrosos y husmear donde no debíamos.

Nos encantaba ir montaña arriba, no teníamos miedo a nada. Bueno, sí… ¡¡¡El jefe de la pandilla contraria tenía una puntería magnífica con el tirachinas!!! Siempre sabía cómo invadir nuestro territorio y sorprendernos, jeje. Éramos capaces de armar una “guerra” por un bocata de crema de cacao con avellanas. Aunque el compañerismo era lo que primaba en el barrio, sobre todo dentro de nuestros miembros. Entonces era difícil saber cuándo terminaba la amistad y dónde empezaba aquel sentimiento de compañerismo acérrimo y familiar que… raramente se da cuando creces. Éramos semejantes felizmente algo asilvestrados, niños y niñas de las afueras… del Barri de L’Estació.

Pero sí, era el verano nuestra más ansiada espera. Yo limpiaba mi bicicleta como una loca, hasta que relucía como si fuera nueva. Recuerdo nuestros primeros paseos por el barrio, algunos ni siquiera sabíamos pedalear sin aquellas peculiares ruedas de apoyo. Aunque los más rezagados, debíamos espabilarnos, si no queríamos ser el centro de las bromas de los más hábiles.

Hacíamos muchas excursiones a la playa en bici, porque nos encantaba ir a recoger almejas y cangrejos; pues entonces, metías la mano a unos dedos por debajo de la arena y ya pescabas simplemente en la orilla, justo donde rompían las olas. Al atardecer llegábamos a casa, cansados, llenos de salitre y seguramente algun@ traía las pinzas de algún cangrejo marcadas en alguna parte del cuerpo. Pero qué más daba... ¡¡¡llegaba la hora de saborear la cena lo antes posible!!!

Por la noche... improvisábamos un campamento montando las bicicletas en círculo mientras nuestras madres nos cocinaban la pesca de la tarde. Entre bocado y bocado, nos organizábamos cual consejo de viejos sabios.

Después de la cena, jugábamos al escondite con la tripa bien llena, para terminar la noche pasada la una de la madrugada molestando a algún vecino de bien, que simplemente pedía poder descansar de tanto griterío callejero.

En aquella barriada alejada de casi todo no teníamos muchas comodidades como los niñ@s del centro; pero desde allí se veía tan bien el mar... Y llegaba el viento de levante con mucha facilidad. Todo olía a flor de azahar en primavera y a pino verde desde mayo hasta septiembre.

Sí, la verdad es que éramos muy felices. Y felices debe hacernos ahora recordarlo, aunque sólo sea para no perder la memoria y ser conscientes de la suerte que tuvimos.

* para toda la pandilla del Barrio San Marcos, retoños de entre el 73 y el 80 *

miércoles, 3 de enero de 2007

Hoy, como ayer

foto: N.P.S


Hoy cualquier gesto lleva tu mirada. Tu nombre resuena más allá de nuestras mentes, de nuestras almas. Hasta el sol que brilla parece el mismo que el de aquel día en que te fuiste.

Hoy una mañana apacible... llena de tu recuerdo nos visita de nuevo; esta vez con el desaliento en calma, vacío de desconsuelo y de cualquier otro sentimiento perdido (...)