miércoles, 30 de abril de 2008

A veces...

A veces tengo la capacidad sinestésica de distinguir cada una de las partículas del aire que en él se mueven, de ver en qué dirección se dirigen, de notar sus roces en mi piel de forma inmediata y constante.

A veces intuyo la lluvia, su llegada y partida; su música incesante, sus aleatorios colores; el número completo de chapoteos que cada una de sus gotas producen en los charcos cercanos.
A veces escucho el mar, su lenguaje extraño; el movimiento de las mareas, el rumor de su fuerza impetuosa. Y noto en mi cara la brisa oceánica que sólo se deja sentir más allá del último acantilado oeste.
A veces noto el magnetismo de los grandes polos tirando de mí, la gravedad ejercida por mi propio cuerpo, que me ancla a mi sitio; el calor de la lava gestante de La Tierra bajo mis pies.

A veces noto presencias de personas que ya se fueron. Me miran, me observan, me sonríen... y se van. A veces me traen aromas, consejos, compañía, silencio... A veces vienen a mí en sueños para sonreírme de nuevo y volver a marcharse.

A veces percibo esa especie de somnolentes pasajes para conocer tan insignificantes detalles de mi entorno, esos que casi nadie se para a observar, esos que casi nadie sabe que existen, esos que a casi nadie le importan.

domingo, 27 de abril de 2008

Tal vez... hoy

Fenómeno de pilar solar en el Lago Tahoe, Nevada.

Tal vez hoy sea un día de esos para no pensar demasiado, para dejarte llevar por la bella vida que te envuelve y que tan feliz hace a seres como yo. Para darte a la brisa que te roce, sin apremios ni prisas; ni ganas de saberlo todo. Para endulzar el aire con tus aromas y moldear el espacio-tiempo con tus formas y la armonía de tu sola presencia.

Tal vez hoy, como premisa, debamos dar gracias con la misma fuerza que nuestros caminos cruzaron sendas y nuestros labios se brindaron las primeras palabras... Por ser y estar, en cuerpo y alma, orbitando en el mismo universo.

sólo soy

Sólo soy una mujer. Me conmuevo con facilidad, tanto que a veces me siento vana, hasta vulgar. No es algo planeado, pues quién pretendería como cometido huir del mundo perceptible a golpe de grito silencioso.

Curiosamente, con facilidad dicen también que conmuevo cuando cuento historias. Seguramente las cuento para mí misma, tal vez para marcar ciertos instantes, momentos que no quiero dejar colgados en el olvido indiferente de mi mente viajera e inestable. Será mi forma de aparentar entereza y control de emociones varias.

Pero... lo cierto, es que me siento como una inocente niña en vías de la inexperta adolescente que fui. Como si una ambigua vuelta atrás visionaria de cambios prevaleciese en mi persona, arrebatándome a veces la coherencia, el sentido práctico de la vida y el dominio de mi yo consciente.

Prometo ir hacia adelante, aunque el infortunio y el desatino empiecen tapándome los oídos, vendándome los ojos... Y acaben tristemente amordazándome a veces.

Realmente, creo que siempre supe mis puntos débiles, mis defectos; a veces disfrazados de absurdas virtudes. Mostrarlos nunca fue motivo para dar rienda suelta al asomo de mis grandes miedos... Hasta ahora, supongo.

jueves, 10 de abril de 2008

en el lago

Foto: Mauro 2004 - Lago Nasser, Egipto.

Yo también me siento errante, de paso lento y desalentado; de pisadas hundidas en el fango de un infortunio inciertamente constante. Parece que no me importe vivir en este estanque de inseguridades, manchada por los lodos de los bajos fondos del lago de mis temores. Aún así, mi alma vagabundea por los silencios de mi propia mente ausente de lógica, y se pierde sin encontrarse.

Doloria, cansada, perdida, loca, callada, tal vez sola... Removeré los arbustos de mi conciencia dormida con el eco de tus palabras resonantes en mis haberes, para encontrar el nuevo camino de nuevo, si de nuevo lo hubiere.

Ajusticiada en boca de cualquiera que se crea en su sano juico de juzgarme, abriré senda entre la maleza del tiempo que me toque respirar. Inhalaré vacío si hace falta, como ahora, cuando cada bocanada duele como aquella primera que di cuando vine desnuda, pequeña, sin nada.

Y si acabo persiguiendo las miradas que se pierdan a mi paso, queriendo encontrar si acaso la dignidad que me falte, bríndame la tuya siempre, aunque me hayas olvidado.

miércoles, 2 de abril de 2008

¿...Me pregunto...?

Preguntas sobre preguntas de respuestas ausentes en tardes deliverantes y noches de insomnio inquietas. Vísperas de mañanas de luz cegante y desconsolado desvarío de ideas perturbadoras, impotentes ante la locura incurable que tan confiadamente dejamos pasear a nuestro lado.
Me pregunto por qué el fuerte tan fuerte se siente ante cualquiera que esté un peldaño por debajo. Por qué abusa del débil, cuando más indefenso este se halla y cuando menos resistencia puede ejercer. Por qué desea el aplauso de sus seguidores cerebros huecos... Atajo de cobardes sin honor ni honra, ni lealtad humana; ni principios, ni sueños. Ni verdad, ni inocencia, ni conciencia cuerda habitan sus mentes corruptas, sólo odio y prepotencia; sólo la sucia guerra de su sucia indecencia.