Hoy soy silencio, adormilado y desentendido silencio. El que degustan los pobres provistos de proezas sin futuro. El que cantan los tristes en esperanzas mudas. Ese que hallan los cuerdos antes de enloquecer. Este que se adivina tras preguntas vanas, contestando sin articular gesto. Silencio que, derramado entre labios, aún sigue siendo silencio. Y se vierte en ti cielo abajo; recorriéndote, empapándote, inundándote... Mi cómplice sin habla.
jueves, 26 de junio de 2008
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5 comentarios:
tu silencio y mi silencio han retornado a su habitual orgasmo.
de verdad debes de estar loca, porque eres totalmente genial.
Saludos, guapa
Gracias... Mis cómplices de la palabra escrita :o)
Amar en silencio es como relajar el corazón. Me refiero estrictamente al silencio de la comodidad, el mismo que ya conoce lo dicho y el mismo que no esconde nada a pesar de estar mudo y suspendido en el aire.
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