jueves, 24 de julio de 2008

Estría de corteza

foto: E.G.

Si conocieras mis miedos me darías tus colores, mariposa. Me vestirías con ellos, para dar luz a mis horas y guiar mi paso lento por estas cimas ventosas.

Paso aquí mi tiempo eterno sorteando inmensidades, mientras espero el planeo del vuelo de tus verdades. Abre las alas, mi reina. Despega con tu destreza, que a mí me queda muy grande esta estría de corteza. Pues sólo de camuflaje pintó la naturaleza mi equipaje acorazado, duro para adversidades, pero perpetuo pesado.

Alentaré mi bagaje entre baches de torpeza, para encontar otra tarde tu posar de sutileza. Acude a mis aposentos de recóndita aspereza y luego vuela de nuevo, para elevar en tu vuelo, el halo de tu belleza.

domingo, 20 de julio de 2008

La callada pensante

Soy la callada pensante. Como loca divagante sobre mi paso intrigante en silencio desvalido. Enamorada del aire cuando a ti huele el paisaje, por este tibio paraje de partículas de estío...

Abro saciante el camino, como vía apaciguante de desdén en desvarío, para llegar a estos lares de recuerdo entumecido.

Y me elevo entre ansiedades, sin divisar mi aposento. Sólo yo sé lo que siento, si perezco en el intento de llegar donde tus manos me esperan en desaliento.

miércoles, 16 de julio de 2008

Refugio mágico

foto: L.M.

Regreso a mi refugio mágico de palabras, tal vez para encontrarte entre acentos de afecto enrevesado y nexos de amor inflamable. Hoguera insaciable de vida que arde y que conmovida, me hace arder.

Ausente del mundo y de sus mundanos trazos, redacto mi huída. Formulando sortilegios mudos, que en danzante melodía de hechizos blancos, se articulan e imitan tus formas sublimes de encanto. Rondando así estas estancias llenas mis espacios, vacíos como letargos. Y aún estando sin estar, más me das si más te extraño.

Recito mis ordenanzas y busco lo inexplorable. Tanto de ti mi voz tiene que te confundo tras el velo solitario de la tarde... En mi canto de esperanza, ese que arropan silenciosas las paredes pálidas por tu visita ausentada. Ese que narran en calma, como serenos vocablos, mis acurrucados labios. Estos mismos que sueñan dormir saciados... Aunque de ti sólo tengan este poso imaginado.

miércoles, 9 de julio de 2008

Rememoro

Rememoro mis andanzas de puntillas por tus cercos de ensueño. Caminante azarosa en los valles de tu templanza. Levitante yo, tras el verso suave de tu aliento risueño, que entre prados de tempestuosa calma, me eleva al infinito.

Y así me refresco... Con el recuerdo seguido de tu aroma en travesía, en la memoria callada del habla de tu silencio. Saciando con mi saliva la sed de tu dulce savia, relamiendo el sentimiento; parpadeo que mañana vendrá a despertarme en sueños, para mostrarme la vida tal y como la soñaba.

viernes, 4 de julio de 2008

Luz, silencio y miradas: "la estrella observada"

foto: "la estrella observada" - E.G.

Tumbada en el suelo de mi modesto salón vi una estrella que, por mi balcón, asomaba. Lucía parpadeante e inquieta, con cierta mueca solitaria. Entendí que eran mis ojos su búsqueda y me quedé a contemplarla, algo ausente. Como siempre, despistada.

Zas... diminuto destello. Captó su brillo mi adormilado desvelo, luminiscencia que a años luz de mi casa venía como si nada. Me pareció hermosa, sencillamente. Laboriosa gesta inminente. Una visión por la cual vivir aquel momento en silencio, tranquilamente; huída del mundo, inmersa en el suyo. Se adivinaba tan palpable, tan real, tan cercano... Sugerente.

Envuelta en su lenguaje de multicolor trazo, me quedé en aquel rincón del universo olvidado y durante minutos seguí su estela, sorteando la rotación terrestre, que imparable la alejaba de mi vista en la inmensidad del plano celeste.

Ni soles, ni cometas, ni luceros del alba. Yo observaré cada noche mi estrella añorada, "pequeña" nova desamparada en el espacio; que compartió conmigo luz, silencio y miradas en aquella noche extraña de la que nada esperaba.

miércoles, 2 de julio de 2008

Alimento de los días

Me siento alimento de los días, pasto de levedades que se ciernen sobre mí. Tentenpié noctámbulo para las horas hambrientas de versos y sueños lejanos, devoradoras de almas que se acercan a los débiles.

De repente, tanto nado en las aguas claras de la abundancia como me hundo en los más turbios lodos de la pobreza, áspera torpeza que ahoga mi aliento en este mediodía absurdo deshabitado de templanza.

Acabo dejando pasar esos instantes vulgares de largo, que de trago amargo estoy saciada. Y a bocanadas me abro paso, aunque algún precio devenga para mis bronquios cansados de tanto esfuerzo respirado entre los malos humos de la calle y esta falsa burbuja de ambiente reciclado.