viernes, 12 de agosto de 2011

El tiempo que vivo

En esta madrugada insólita vengo a brindarme un sentir. Un porque sí para mí, un caricia al revés. A susurrarme al oído que el tiempo que vivo mío es, aunque me empeñe en dejarlo caer en manos de quien bien me quiera. Que siento la mente en quiebra si me desdoblo sin más. Yo sólo soy la que soy... Que de inquietas almas borrosas anda sobrado este mundo. No existe instante rotundo, ni camino equivocado. Que un paso ya es algo andado y un segundo es un abismo que bien nos puede engullir. 

martes, 9 de agosto de 2011

Indagación desgastada

Foto de Locapoetisa
¿Qué me enseñó a pensar? ¿Alguien motivó las vueltas de mi conciencia? Siempre creí que el pensamiento me haría libre y poderosa, valiente y serena. Pero el surco se excavó una y otra vez sobre sí mismo. Se hundió la lógica en la indagación desgastada de la elevada acción pensante. Y esa línea constante se volvió cíclica, como un camino mil veces andado... Como una senda seca y polvorienta a través de un campo verde repleto de flores intactas.

domingo, 7 de agosto de 2011

Amor danzante

No sé si será tu cuerpo, tu alma o tu halo... Se percibe iluminado el espacio a tu paso. Se perfuma el silencio y bailan los trazos que las nubes se inventan, si se aceleran, como jugando.

Amor airoso, danzante afán. Ese que se vuelve aroma que me atrapa como imán entre cálidas brumas de luz de luna en noches que, como vienen, se van.

No sé muy bien qué nos guía en ese remanso, en ese casi descanso, tan fácil de andar... Durante ese caminar que nos hace llegar en cada paso y, más bien a suelo raso, nos hace volar.

Canto, salto, danzo y me invento a cada momento otra vía de fiel escape, que a la vez me atrape, que me eleve al viento. Que quiero ser nebulosa de humedad leve, como vapor de tu piel volverme aire. Y esa gota de sudor que te entretenga, otro sorbo transparente que refresque tu viaje. Belleza que de ti venga y calima que en ti descanse.

viernes, 5 de agosto de 2011

Me invento el silencio

Foto de Locapoetisa
Anochece y las horas son lentas, un paso levadizo que tediosamente me transporta hacia ninguna parte. Intento desconectarme del mundo y conectarme a La Tierra, pero un estúpido murmullo me lo impide, me perturba. Quizá el paso del tiempo me haya convertido en un ser codicioso de paz... Una coraza medio vacía resonante de soledades, regida por un ermitaño corazón de latidos simples y dos tímpanos demasiado afinados, cazadores de señales sinusoidales. Tanto me molesta el ruido que grito en silencio y lloro hacia dentro, siempre a bajas frecuencias.

Me invento el silencio y juego a escucharlo. Nada sería yo sin mi proyección serena de un entorno más callado...