jueves, 6 de marzo de 2008

migrando

Precioso flamenco en pleno vuelo migratorio.

Eres un ave audaz, tan libre como el viento que impulsa tu vuelo. Acostumbrada a migraciones en estaciones frías y cálidas; secas y húmedas. Previsora de tiempos angostos y espesas brumas. Tu sincera apariencia te muestra frágil, pero en verdad eres fuerte; de gran coraje, de admirable perseverancia. Consecuente y constante; siempre valiente ante cualquier adversidad venidera. Y así avanzas, suavizando el aire. Como si no fuera nada tu esfuerzo diario trazado en mi cielo, a veces nublado.

Es tu templanza la que me contagia sueños, la que de ensueño me envuelve; la que soñar me promete soñando en vuelo sereno. Sin prisas ni planes eternos, pero sin tiempo de pararse a esperar otro invierno.

Mucho debiera yo aprender de tus ténues formas; de tu sutil lenguaje, de tu encandilador planeo. Y es que mirarte es un viaje hacia algún lugar lejano de intactos atributos paradisíacos. Una aventura de ida para quedarse prendida tras el velo de tus caricias rosadas, para salpicharme de tus simpáticos chapoteos en cualquier charca que nos acogiera.

...Quién sabe si debiera también seguir tu estela, capaz sería yo de perder el norte y hacer además, que acarrearas con mi torpeza.

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