Hielo sin tu nombre. Frío si te escondes. Reptil cavernario. Vieja iguana solitaria entre incoloros fragmentos de estalactitas quebradas. Helada, sin habla. Muda, callada. Triste, escamosa y siempre arrastrada… Voraz mordedora de polvo subterráneo, que entre rocas y tiempo quieto que se congela en los dedos, olvida olvidar seguir creyendo que está olvidada.
sábado, 6 de octubre de 2007
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