viernes, 28 de septiembre de 2007

cosas del querer... o no querer

Querer o no querer: a veces esa parece la única cuestión, aunque nos empeñemos en negarlo. El género humano somos tan jodidamente complejo… que para nosotros todo es relativo. Tal vez nos escondamos de lo sencillo, y acudamos a la respuesta complicada de la teoría de la relatividad; que segura estoy que nadie sabe a ciencia cierta qué significa y cómo se debe aplicar a lo cotidiano. Bueno, igual la cuestión en sí se salga de eso, de lo monótonamente cotidiano y… ya no sepamos muy bien de qué, de quién estamos hablando y la acabemos liando pero bien.

Sería honrado reconocer que… Puede ser que todo se base más bien en el egoísmo y la inmadurez reincidente que algunos seres imperfectos vamos paseando por ahí. Siempre acabamos salpicando a los demás; a menudo a la gente que más queremos. Claro, nos excusamos así. Suena asqueroso e hipócrita: excusarse. Sin darnos cuenta, un guiño aquí y otro allá, nos ganamos la compasión de nuestras víctimas y acaban ellos mismos siendo cómplices de nuestros vanos logros.

Ya. Es increíble ver como todo se mueve, lento o rápido. Como somos a veces incapaces de pillar el ritmo justo a los cambios, sean cuales sean. Queramos o no es lo que ocurre, todo se mueve, todo va y viene. Y a veces nos gustaría quedarnos parados y que la corriente nos llevara, para eludir responsabilidades y lumbalgias incesarias.

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