Qué curioso: escribir para esconderme y cantar para callarme. Queriendo desaparecer acabo mostrando más de mí de lo que yo misma conozco. Y con la palabra me doy y me voy para entregarme, desvalida, vulnerable... sin un trozo. Víctima de quién sepa indagarme, empuñando el arma de la atención con la que se anudan los cabos sueltos de la cuerda floja de mi estandarte.
viernes, 26 de octubre de 2007
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