sábado, 17 de mayo de 2008

Desvanecencia

- hermosa foto de algún Campo Santo por Araceli C. -

Me desvanezco en la levedad del medio inocuo de mi conciencia.
Y mientras palpita el llanto sereno de mi silencio, se arropa en el canto callado de mi austero delirio.

Me perturba el vacío que rellena mis recovecos huecos de prolongada indecencia.
Se agita mi yo guardián, el de mi propio martirio.

Me retuerzo de dolor indoloro cuando me baño en tus lágrimas secas, llenas de pesar y de razón sincera. Esa que adoro, esa que quema.

Y lloro también tinieblas, para compartir castigo.

Desaparece de mí una parte cuando bebo tu ausencia; tan fría, tan sierva de esta soledad inquieta.

Me escondo, me quedo, me voy, me pierdo, me ignoro. Y en el silencio...
Me desvanezco.

4 comentarios:

laura dijo...

Maravilloso el escrito y la imagen, impresionantes.. van trepando el muro las palabras en forma de prosa, casi logrando asomar al otro lado, casi se palpa el silencio de tu canto, casi ahogando en llanto de piedra al sediento de letras, casi rozando el alma de poeta con tus bellos trazos, gracias siempre por tus escritos. Feliz fin de semana.
Un abrazo grande.

loca_poetisa dijo...

La poetisa escondida.
La dueña del verbo suave y del adjetivo amado.
La alquímica maga de la melodía armónica.
El hada de la sonrisa y del gesto bien hallado.

Se preguntan mis anhelos... ¿Cuánto más podrías ser?

Pedro Luis Ibáñez Lérida. Sevilla. dijo...

... deja que abra la flor que germina en tu interior. La belleza, nunca merece ser martirizada ni castigada como cualquier otro aspecto vital. Hay que cuidarla.

Existen en la biografía emocional de las personas momentos de vacío, de desgana, de aturdimiento... que nos ciegan para no dejarnos ver la luz. Esa que como lucerna tímida, titila en lo más hondo de nosotros mismos.

No dejes que la luz se apague. Insúflale ese hálito de vida que solo tú puedes darle.

Las oquedades del alma son rendijas por donde se escapan las emociones.

Un beso de vida.

Un saludo afctuoso de paz, poesía y libertad.

Pedro Luis Ibáñez Lérida.

loca_poetisa dijo...

Sabias y hermosas palabras con cierto don de amable cobijo.

Tomando buena nota me encuentro.

Gracias de corazón.