Te albergo en mi ser, más allá de donde puedan ver humanos ojos o intuir mentes sabias. Entremezclo mis adentros con el bálsamo de tu alma calmante, mientras tu ausencia entreabre mis cimientos de mujer templada en cordura. Y me tejo con el poso de tus besos envoltura de socorrida esperanza... Arropándome callada en la sincera ordenanza de esperarte, como tú esperas y callas.
domingo, 19 de abril de 2009
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