Como una roca, así de duros vienen los tiempos tras los relojes. Ni ellos mismos ofrecen dar garantía de su mercancía abstracta y perecedera. Segundos roídos por el infortunio de la desventura instantánea del instante medio quieto, ese que avanza una pizca y se paraliza otra.
jueves, 15 de enero de 2009
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2 comentarios:
pero que aun con sus intermitentes lapsos, nos hace viejos.
... la luz pendiente de la tuya... la que mana solícita...
Besos de vida.
Pedro Luis Ibáñez Lérida
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