A veces intuyo la lluvia, su llegada y partida; su música incesante, sus aleatorios colores; el número completo de chapoteos que cada una de sus gotas producen en los charcos cercanos.
A veces noto presencias de personas que ya se fueron. Me miran, me observan, me sonríen... y se van. A veces me traen aromas, consejos, compañía, silencio... A veces vienen a mí en sueños para sonreírme de nuevo y volver a marcharse.
A veces percibo esa especie de somnolentes pasajes para conocer tan insignificantes detalles de mi entorno, esos que casi nadie se para a observar, esos que casi nadie sabe que existen, esos que a casi nadie le importan.