viernes, 3 de febrero de 2006

Perdí el tren...

Hoy perdí el tren. No, no es de nuevo este escrito ninguna perturbación poética de mi estado de consciencia. Simplemente es que se me escapó el cercanías esta mañana. Me lo tomé a risa :o)) Pues nada, miré y observé con mis ojos de vampira energética, que medio soñolientos y medio avispados… intentaban resurgir de entre la monotonía del ir y venir de la estación del norte.

Estudiantes y currantes; buscavidas con mochila; algún pobre "sin papeles" medio perdido; ancianos que piden compañía y conversan entre sí leyendo periódicos gratuitos. Compra, venta; mala publicidad repetitiva; algún despistado o desafiante de la ley antitabaco. Y… a la misma hora, gente trajeada perteneciente a extrañas sociedades que ofrecen regalo con trampa… ¿¡Eyyssssss, quienes son estos!?

Me siento pasivamente, me relajo y sigo observando a la gente que viaja. Unas personas van y vienen en un, relativamente corto trayecto, sumándose así al paisaje diario. Otras llegan de lejos, desembarcando solas, pensativas y calladas. Con sus equipajes a cuestas, como tirando de sus conciencias absortas de nada en concreto. Algunas llegan ansiosas de fundirse en interminables abrazos. Sonrisas, llantos… más abrazos. Besos, preguntas, guiños… gestos felices: “Gracias por venir, te eché de menos…” . - Es cierto: qué bonito, oye. -

De repente me he visto volviendo atrás en el tiempo y en la distancia. Con ganas de dar esos abrazos a cierta gente. Gente lejana, quién sabe por cuánto tiempo más. Gente amada, tan querida… Con la que tan poco hablo y a la que tanto necesito. Gente a la que no olvido. Gente por y para la cual escribo en ocasiones, reflexiva y siempre afectivamente. Gente que sigue siendo mi gente, a pesar de todo.

He rememorado también las veces que, desde un hipotético andén, "dejé escapar" a seres queridos que escogieron trayectos y destinos distintos al mío. Pero aunque nuestras miradas aún se crucen de vez en cuando desde cada una de las ventanillas de nuestros respectivos vagones y la distancia sea más sentimental que física… sigo buscándoles en mi motivada intención regresiva de recuperar de alguna forma lo perdido.

Sí, hoy me di cuenta de que… llevo perdiendo el tren demasiado tiempo. Y aunque algunos prefieran viajar siempre en primera, yo me conformo con ir disfrutando este viaje con aquell@s que, aunque no puedan compartir destino conmigo, saboreen junto a mí el trayecto momentáneo que la vida nos brinde al unísono. Siempre apasionadamente y sin pagar billete.

No hay comentarios: