La vida está llena de señales.
Cada camino que recorro, cada decisión tomada o no... Manda su señal de aviso, su códice oculto tras el paso de un instante mudo, testigo y pasajero. De inquietud muero por saber interpretarlas todas y no perecer en los albores temporales del intento.
A veces siento que solamente soy un medio, otro hilo conductor que se enreda en la órbita espacial de tan compleja maraña de incomprensibles finalidades.